¿A dónde se fue la decencia entre demócratas?
¿Qué ha pasado con el discurso político? Llegué por primera vez a España hace 25 años, cuando casi todo el país estaba unido social, política y públicamente contra la banda terrorista ETA. Era el verano después del asesinato terrorista de Miguel Ángel Blanco. Nadie hablaba de la Guerra Civil. Todos los amigos nuevos parecían muy satisfechos con la España moderna, europea y democrática que sus padres habían logrado construir a medida que crecían en la generación posterior a la Transición y el final de la dictadura franquista. En 2023, la derecha está utilizando un eslogan relacionado con ETA, “Que te vote Txapote”, contra Sánchez para intentar ganar las elecciones generales, después de utilizarlo también con éxito durante la campaña municipal y autonómica de mayo. Lo corean los jóvenes, quienes quizás ni habían nacido entonces, ante cualquier micro de reportero abierto que encuentren y ahora hasta divide a los grupos de víctimas del terrorismo de ETA. Txapote asesinó a Miguel Ángel Blanco, entre muchos otros. Sánchez, el presidente del Gobierno actual, mostró abierto desprecio y agresión hacia el candidato del Partido Popular durante el debate del lunes. El candidato de Vox, Abascal, ha añadido a la parte terrorista un “Que te vote Mohammed” racista. Y hoy se puede leer bilis repugnante contra la Presidenta de Madrid, Ayuso (PP), después de que anunciara que acaba de sufrir un aborto, o preguntarse en qué diablos estaría pensando el candidato de Sumar en Andalucía al negarse, física y despectivamente, a mirar siquiera a la candidata de Vox durante un debate allí. ¿Cómo hemos hecho para empezar en aquel lugar y acabar en éste? ¿Cuándo cambiamos la decencia pública entre demócratas por un amargo sectarismo polarizado el uno contra el otro? ¿Y a dónde nos llevará esta actitud en la siguiente legislatura?