¿A España le va a tocar una serie de coaliciones autonómicas entre los populares y la extrema derecha?
Parece que Ciudadanos va a cero y que Sumar se va a comer a Podemos.
Bueno, veamos, ya está en marcha la campaña electoral para las elecciones municipales y autonómicas en España este 2023. Dentro de dos semanas, los votantes acudirán a las urnas en la mayor parte del país por primera vez desde la pandemia del Covid. Estas elecciones preceden a las elecciones generales nacionales en unos seis meses, según cuándo decida convocarlas el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (PSOE). Estas elecciones son también una prueba nacional clave para todos los partidos después de cuatro años de una coalición socialista-comunista a nivel nacional y cinco años después de que Sánchez derrocara al antigo líder conservador, Mariano Rajoy (PP), en una moción de censura en 2018. En juego está el poder político en 8.000 ayuntamientos y 12 comunidades autónomas.
El tenor general de las encuestas parece ser que el Partido Popular, en su mayoría, mantendrá sus posiciones actuales o logrará algunas ganancias. De forma notable, a dos semanas de la votación, tenemos a Isabel Díaz Ayuso (PP) en Madrid, que podría lograr una mayoría absoluta, y a Fernando López Miras en Murcia, donde el Partido Popular de alguna manera ha logrado permanecer en el poder de forma ininterrumpida durante los últimos 28 años; ni una sóla legislatura de cortesía para los demás. En Valencia, Baleares, La Rioja y Aragón, el PP podría adelantarse a los socialistas, aunque otra cosa es que sea eso suficiente para que puedan gobernar.
También notable este año, tras la explosión de nuevas opciones políticas en los últimos diez años, es lo que sucede en los partidos más pequeños, en ambas trincheras. Podemos parece destinado a convertirse en una opción aún más secundaria en casi todas las regiones y Ciudadanos va de camino de perder todos sus escaños en los parlamentos autonómicos donde hay urnas. Parece que esos votos irán a parar al PP y a Vox en la derecha, lo cual significa que el partido de extrema derecha de Santiago Abascal aumentará su cantidad de escaños en casi todas partes, quizás incluso doblando sus cifras actuales. Eso les permitirá presionar a los candidatos del PP que ganen pero sin mayoría absoluta y avivar el debate ideológico polarizado de cara a las elecciones nacionales más adelante, contra la izquierda pero también en términos de si el PP debería o no entrar en coalición con la extrema derecha.
¿Una serie de victorias autonómicas para la derecha ahora, divididas entre los conservadores y la extrema derecha, obligándoles a formar coaliciones, llevaría directamente al mismo desenlace a nivel nacional en diciembre, o animaría al voto en la izquierda para impedirlo?
A nivel nacional, el PP tiene el 30-33% de los votos, lejos de la mayoría, y Vox, por alguna razón, todavía está plano en el 15%, que es donde estaba en las últimas elecciones generales. Llevan estancados en ese nivel desde hace nueve meses, después de que el PP volviera a ascender bajo el nuevo liderazgo de Feijóo. Hace tan solo un año, aproximadamente, que Abascal y los suyos habían comenzado a adelantar a un PP a la deriva con Pablo Casado teóricamente al mando. Cambiar de manera abrupta a Casado por Feijóo claramente ha funcionado desde el punto de vista del Partido Popular.
En la izquierda, algunas encuestas dan al nuevo partido de Yolanda Díaz, Sumar, hasta el 12% o el 13% de los votos, lo que les pondría casi al mismo nivel que Vox y destrozaría a Podemos, condenado al 4-6%. Una encuesta en La Razón esta semana pone que el PSOE podria caer hasta el 22%, lo cual sería un desastre para Sánchez. En general, con el sistema de representación proporcional de listas cerradas que tiene España, cuanto más dividido esté el voto en un lado o otro, peor les va en esa trinchera en términos de escaños totales en general, así que la bicefalía de la derecha (PP y Vox, suponiendo la desaparición de Ciudadanos) debería ganar a la tricefalía de la izquierda (PSOE, Sumar y Podemos, más los partidos marginales menores tipo Más País o Izquierda Unida).
Los grandes temas de campaña estas últimas semanas han sido el agua y la situación de sequía para los agricultores, la vivienda y los okupas, y la decisión de Bildu de incluir a 44 exterroristas de ETA, entre ellos siete asesinos condenados, en sus listas electorales para las elecciones de este mes.
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