Cultura, bromas, futbolistas y niñatos elitistas misóginos haciendo el saludo nazi
La Embajadora de Alemania: “es deleznable con las mujeres y los saludos hitlerianos y cánticos nacionalsocialistas proferidos atentan contra la memoria de millones de víctimas de un régimen atroz”.
Dos noticias del tipo “transgresión de lo esperado” en la sección “España y la esfera pública del Siglo XXI”. Primero los cánticos misóginos de los niñatos del elitista Colegio Mayor Elías Ahuja en Madrid, de los Agustinos, que profiesan un “espíritu único” hacia la educación de los jóvenes, y ayer domingo el tuit de Iker Casillas anunciando al mundo en Twitter que era gay, antes de borrarlo con la pobre excusa de que le habían hackeado la cuenta.
Los niñatos del Ahuja progresaron rápidamente del vídeo de 30 segundos en TikTok y los tuits iniciales al Diario de Sesiones en el Congreso de los Diputados mediante las palabras de la Ministra de Igualdad (“es cultura de la violación, es terror sexual”) y un tuit condenatario del mismo Presidente del Gobierno, al telediario nacional a la hora de comer, y a los teletipos internacionales y la BBC antes de terminar el día, y la “broma” de Casillas revolucionó las redes y llegó a la prensa deportiva planetaria en cuestión de minutos, como no puede ser de otra manera en el 2022, 15 años después de inventarse Twitter y el iPhone.
Ni los niñatos del Ahuja supuestamente tenían nada contra las mujeres a pesar de gritarles a la niñas de enfrente “putas, salid de vuestras madrigueras como conejas, sois unas putas ninfómanas” en manada enfurecida, ni Casillas y Puyol querían ofender a los homosexuales publicando “espero que me respeten: soy gay” (Casillas) y “es hora de contar lo nuestro, Iker” (Puyol) para luego borrarlo como “una broma torpe sin ninguna mala intención”.
Que el otro vídeo de los niños que ha salido mientras—todos cantando Sieg Heil con la corbata en la cabeza y el brazo alzado—no viene a cuenta, ni tampoco el artículo “bromista” sobre cazar a las mujeres escrito por Pablo Casado hace 20 años en la revista del Ahuja cuando era residente.
A la Embajadora de Alemania en España se le ha ido la olla cuando afirma que “es deleznable con las mujeres y los saludos hitlerianos y cánticos nacionalsocialistas proferidos atentan contra la memoria de millones de víctimas de un régimen atroz” y que “por nuestra propia historia, a los alemanes nos conmociona y nos entristece profundamente ver que algunos hombres jóvenes no respetan la memoria y la igualdad”.
Todo bromas tribales entre machotes ricos; que no querían decir eso, o no así, y menos al planeta entero, que no entiende el español, no ya lo que ocurra en las cabezas de Casillas y Puyol o lo que pase en los dormitorios del Ahuja de madrugada. Todos los demás, no miembros de esas tribus, las mujeres y homosexuales objetos de las “bromas”, los redactores y jefes de los medios de medio mundo, o los millones de lectores en varios idiomas, no hemos sabido interpretar correctamente el contexto o el ingenioso matiz que pretendían con sus tonterías de adolescentes o de futbolistas adinerados.
En Inglaterra serían los “rugby lads” borrachos, en EE UU los famosos “frat boys” de fiesta.
Podemos poner la teoría a prueba: si en vez de 100 niñatos españoles de un colegio mayor de curas de pago elitista en Madrid, en el vídeo hubiese 100 jóvenes inmigrantes norteafricanos en manada gritando “putas, ninfómamos, conejas, os vamos a follar a todas” a un grupo de españolas enfrente, desde un centro de inmigrantes en algún rincón de España, ¿qué reacción política estaríamos viendo? ¿Los del Ahuja harían sus hakas nazis o misóginos delante de sus madres, hermanas y abuelas? ¿O quizás una versión especial combinada para la Embajadora alemana?
Si en vez de los futbolistas Casillas y Puyol fueran dos políticos, Sánchez y Abascal mismamente, también con un par de millones de seguidores entre ellos y cierto renombre internacional, quienes escribieran “quiero anunciar al mundo que soy gay […] Santi, cuéntales los nuestro” para luego borrar todo y decir que era “broma”, ¿qué tipo de reacción habría? ¿Qué ejemplo acaban de crear Casillas y Puyol para aquellos futbolistas que sí son homosexuales pero que por la cultura machote dominante tienen serios problemas en poder encajar su amor por el fútbol con su amor por otro hombre?
“En la intimidad te voy a decir que te respeto pero delante de la tribu, del club, del colegio, del país, del planeta, en público en este Siglo XXI te voy a fastidiar y pisotear la identidad a favor de la mía porque…putas y maricones…” no es cultura ninguna. Es desprecio tribal grosero.