¿De verdad pretende Vox gobernar España así?
(25/05/2021) Dividiendo a tantos españoles de manera tan vehemente, si Abascal llega algún día a la Moncloa, la gestión nacional va a ser complicada.
(Original publicado: 25/05/2021)
Lógicamente, Vox tiene derecho a ir a dar mítines dónde le plazca, siempre que otros en el legítimo ejercicio de sus propias funciones constitucionales, como fue ayer el caso con la Delegación del Gobierno y el TSJA, no se lo impidan. La cuestión no es esa. A Abascal le gustaría llegar algún día a la Moncloa como Presidente del Gobierno. Así que la cuestión es sobre el juicio y la estrategia políticos del partido, su competencia para gobernar la Nación en crisis auténticas en el mundo real y hasta sobre su patriotismo e ideas de identidad nacional (conceptos claves en el discurso que venden a sus votantes) para con todos los españoles en un país que es, de hecho y constitucionalmente, políticamente muy plural y más ahora que en cualquier otro momento desde la Transición.
Por mucho que Abascal y Vox despotriquen en Twitter sobre izquierdistas, "quinta columnistas", "fánticos que gritaban 'Allahu akbar'", o "Cuca Otegi" (en referencia a la portavoz del Partido Popular), quien les prohibió el mítin ayer en Ceuta fue la Delegación del Gobierno, en el legítimo ejercicio de sus funciones, respaldado por un auto de tres magistrados de la Sección Primera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía en Sevilla: "se ha citado telefónicamente a todas las partes". "A la hora señalada sólo ha comparecido la Abogacía del Estado". Vox no compareció, ni tampoco desconvocó su mítin, como algunos se han apresurado a afirmar hoy. Anunciaron otra cosa una hora antes: que Abascal iba a hablar con la prensa delante del hotel. Si uno sabe desde la mañana que no está permitido su mítin, ¿qué hace en Cueta casi hasta la hora de la convocatoria sin mencionar ningún cambio de plan? ¿Por qué no publicó el partido una desconvocatoria explícita?
Ayer por la tarde, la Delegación del Gobierno, que hoy no ha ofrecido más valoración sobre los acontecimientos de ayer, pese a repetidas preguntas de este periodista, había prohibido todas las manifestaciones, pero unos y otros seguían en la calle. Lo más probable es que los opositores a Vox se enteraron del cambio de plan por el anuncio del propio partido. También es criticable que la Delegración no hiciera pública el auto del TSJA ayer, para que los ciudadanos supieran al menos qué había decidido a nivel jurídico el Tribunal y si querían o no participar en un mítin prohibido.
Abascal incluso llegó a asegurar en el hotel que "agentes de distintos servicios secretos" habían organizado la "operación planificada" contra Vox. Hoy el partido ha intentado defender, de manera vehemente como es su costumbre, su relato en los medios, hasta el punto de poner en duda la probidad de los magistrados de un Tribunal Superior. El mismo partido que correctamente defendió la Constitución y el Estado de Derecho durante la crisis separatista en Cataluña en 2017.
A nivel político en Ceuta, Vox ha conseguido cosechar una insólita segunda declaración de todos los demás partidos locales contra la división: "Somos más, muchos más, los que queremos una Ceuta en la que todos podamos vivir en paz y armonía, la Ceuta de la diversidad cultural, la que nos distingue y enriquece como pueblo". "Todos los ceutíes, cristianos, musulmanes, judíos e hindúes, somos y nos sentimos españoles por encima de cualquier otra condición", dice el mensaje, firmado por todos los demás partidos y leído en voz alta por el Presidente de la ciudad autónoma, Vivas (PP). Obviamente, condenaron todos la violencia a última hora de la noche de ayer.
Abascal y Vox ya han realizado dos viajes partidistas a Ceuta en 10 días de crisis. Que yo vea, no han ayudado a solucionar nada, ni a nivel local en Ceuta ni a nivel nacional con la parte geopolítica y diplomática. Ponen en duda la palabra de magistrados y funcionarios de la Justicia en un documento público para intentar defender un relato mediático. Su retórica ofrece una visión de la identidad nacional que excluye más que incluye, y que los partidos en Ceuta han retratado muy bien en su segunda declaración de hoy. Al dividir con tanta vehemencia a tantos españoles, si algún día Abascal llega a la Moncloa, le va a ser difícil gobernar la Nación de manera constructiva y los enemigos de España que tanto menciona lo van a tener muy fácil provocarle y tenderle trampas de todo tipo con la política exterior para que entre al trapo y desperdicie oportunidades y recursos.