El suicidio político de Pablo Iglesias
Hace 50 días, era el Vicepresidente del Gobierno. Surgió de la nada y ahora vuelve allí tras abandonar todo el martes por la noche.
En 2015, Pablo Iglesias le regaló al Rey Felipe una caja de DVD de Juego de Tronos, lo cual provocó risitas y críticas, según de qué lado se estaba. Un conocido fan de las series de Netflix, su propia narrativa de poder político acaba de terminar con un salto suicida desde la importante posición de Vicepresidente del Gobierno, del que dependía la coalición de izquierdas gobernante, a una triste nada regional después de renunciar a todo el martes por la noche. Ha acabado su última batalla en las urnas en un quinto puesto de perdedores.
Sin duda, gran parte de los millones de españoles que le han votado en algún momento de los últimos siete años también están abatidos esta semana. Se las arregló para darles esperanza y canalizar su ira y frustración después de años de paro y futuros rotos durante la última crisis económica. Cuando Podemos ganó de repente cinco eurodiputados en las elecciones europeas de 2014, la clase dirigente española, que él prometía derrocar con furia, se asustó. Nadie sabía ni quién era ni cómo pretendía lograr sus objetivos revolucionarios.
Una semana después, Mariano Rajoy anunció que el Rey Juan Carlos abdicaría ese mismo mes. El cambio institucional a velocidad máxima se convirtió en el asunto nacional más urgente. La "casta", que decía Iglesias, pensaba que había peligro de que el PSOE se volviera republicano. Así que el gesto del DVD al monaraca no sólo fue una floritura retórica para las cámaras de televisión. Después de pasar años vendiendo a los españoles su plan neomarxista para el país, normalmente de una manera cabreada (siempre era bueno azuzando a las multitudes en los mítines), compró un elegante chalet burgés en una zona acomodada de Madrid y se convirtió en padre de familia.
¿Por qué un operativo político tan peleón del bando que fuera se daría la vuelta y se rendiría así? ¿Cómo puede creer que tendrá más poder e influencia en la izquierda española o en el rumbo de la nación en su conjunto que como Vicepresidente del Gobierno? ¿En qué devendrá ahora Podemos, habiéndose unido tanto en torno a su figura personal? Y con Ciudadanos también a punto de desaparecer de la política española (Albert Rivera dimitió tras las últimas elecciones generales), ¿qué dirán los votantes sobre estos nuevos partidos que prometieron tanto y luego hicieron tan poco?