El voto sensato por la sanidad, el empleo y la libertad gana a la ideología divisiva en Madrid
El 84% de los votantes madrileños no eligió la confrontación de Vox y Podemos. Ayuso casi logra una mayoría conservadora.
La noticia anoche en Madrid fue la dimisión total del líder de Podemos, Pablo Iglesias, de la política en España. Se ha ido del Gobierno nacional, se ha ido del Congreso, se ha ido de la política madrileña y se ha ido del partido. Fuera. A la izquierda, ha sido notable el ascenso de Más Madrid. Su líder regional, la doctora Mónica García, quien ha pasado el último año luchando contra el Covid en primera línea, y su líder nacional, Errejón, ex socio y luego rival de Iglesias en Podemos, han quitado el liderazgo de la oposición al Partido Socialista. Habría sido difícil que el PSOE presentara un candidato más aburrido, Gabilondo, que se merece los diez puntos y trece escaños menos.
Se esperaba que Ayuso y el PP ganaran, después de convocar las elecciones anticipadas cuando la moción de censura tránsfuga en Murcia intentó arrebatar el poder regional a su colega López Miras aquí, y ganaron, rotundamente. Han llevado a su partido a niveles de apoyo vistos por última vez hace 10 años. Casi una mayoría. Vox logró aumentar ligeramente su porcentaje de votos, con un escaño más. Ciudadanos, que no obtuvo más del 5% de los votos, desaparece de la cámara autonómica, tras el desastre murciano y las elecciones catalanas, donde perdieron 30 de los 36 escaños.
El apoyo a la derecha en su conjunto se ha incrementado en 6,5 puntos este año en Madrid. ¿Ese cambio ha sido impulsado por los temores Covid este año pasado, la campaña de Ayuso por la "libertad" o el deseo de castigar a Sánchez por la mala gestión de la pandemia a nivel nacional? Ciudadanos como partido de centro (después de su comienzo en el centro izquierda y estar claramente en la derecha no hace mucho) ha desaparecido pero el extremismo ni ganó ni aumentó notablemente anoche, ni a la izquierda ni a la derecha. A pesar de toda la rabiosa retórica divisiva durante una campaña amarga, en los mítines y en las redes sociales, Vox y Podemos siguen siendo opciones marginales por debajo del 10% en cada lado. Los votantes madrileños, con razón, están más preocupados por la salud y el empleo en estos momentos que por las diatribas ideológicas.
¿Podrá Errejón aprovechar su ascenso en la izquierda en Madrid a nivel nacional, quizás a través de un giro estratégico hacia una opción de "partido verde"? ¿Podrá Ayuso aprovechar su victoria para desafiar a Casado por el liderazgo nacional del PP, quizás para convertirse en la primera mujer presidenta de España? ¿Cómo reajustará Sánchez su coalición de izquierdas para gestionar los miles de millones Covid de Europa ahora que Iglesias se ha marchado? ¿Seguirá Vox con su mensaje polarizador, exigente y a menudo racista o Abascal se dará cuenta de que esa estrategia tiene sus límites entre el electorado español? ¿Aprenderán ahora los líderes políticos de todos los colores a ser más constructivos y a cooperar más en sus parlamentos fragmentados?
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