Esconder la verdad sobre lo que pasó en Melilla
💰🔊 ¿Dónde está la investigación sistémica abierta?
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El viernes, diputados de varios partidos pudieron visionar varias horas de grabaciones de lo que ocurrió en la valla en Melilla a finales de junio. Según los medios, pudieron ver cómo entraron en territorio español tanto los migrantes como los efectivos marroquíes, y un coronel de la Guardia Civil les confirmó que hubo 470 devoluciones en caliente. Marlaska, el Ministro del Interior, defiende que no hubo muertos en el lado español. Vox y Ciudadanos defendían la actuación de la Guardia Civil, con pocos agentes comparado con la cantidad de personas que llegaron a la valla ese día.
“Se preciben imágenes controvertidas”, dijo el diputado de EH Bildu, Jon Iñarritu, en rueda de prensa en el Congreso: “como es el lanzamiento de piedras por parte de guardias civiles […] es cierto que hubo un intercambio de piedras […] se percibe y se ve a agentes de la Guardia Civil utilizando como material antidisturbios, piedras”. También explicaba las limitaciones de las imágenes que vieron el viernes, de tres fuentes, un helicóptero, un dron y varios cámaras de puestos de control: cubrían periodos de tiempo distintos con calidades de imagen variables. "A estas alturas”, dijo, refiriéndose a Marlaska, “más que mentiras, hay que preguntarse si el ministro ha dicho alguna verdad".
La diputada del Partido Popular, Ana Vázquez Blanco, dijo en una entrevista con TVE que “ahora sabemos que pudo haber cadáveres en suelo español […] hemos visto que nos ha mentido”. En su rueda de prensa en el Congreso, Vázquez lamentaba que no se había permitido también a los periodistas ver las imágenes: “Nos duele tener que llevar estos meses pidiendo vídeos, pidiendo documentación, aguantando mentiras y que después de cinco meses, a puerta cerrada, en la sala más pequeña del Congreso, y a ver si nadie se enteraba después de una semana que llevamos con el debate de presupuestos”.
El mejor reportaje público que tenemos hasta ahora es el de BBC África, que describe con contraste de múltiples vídeos y testimonios los aspectos sistémicos de lo que ocurrió, incluido el diseño ratonera de la zona fronteriza, las devoluciones en caliente desde España a Marruecos, las palizas que recibieron en el lado marroquí y la situación de aplastamiento en una de las zonas acorraladas.
Era evidente ese mismo día a finales de junio que se habían producido múltiples fallos sistémicos en la gestión de los acontecimientos y de esa masa de gente, tanto en un lado como en el otro y en la interacción entre los dos. Lo que debería haber ocurrido en España desde entonces, como democracia occidental moderna que es, es una investigación sistémica abierta para dilucidar los fallos y hacer recomendaciones sobre mejorar la gestión en la frontera. Si se hubiese llevado a cabo correctamente, en vez de intentar el Gobierno esconder y ofuscar lo que pasó, de nuevo, ya podrían haber implementado muchas de las mejoras.