España elige más izquierda y más nacionalistas, mientras Vox divide a la derecha
(29/04/2019) ¿Gobernará Sánchez con Podemos y los separatistas o intentará una coalición de centro izquierda con Ciudadanos?
(Original publicado: 29/04/2019)
El PSOE ganó las elecciones generales del 28-A, aumentando su cuota de escaños en el Congreso de 85 a 123. Les faltan 53 para la mayoría (176). Pedro Sánchez aumentó el porcentaje de voto para su partido un 6%, o dos millones de votos.
El Presidente dijo que los españoles habían votado para defender los derechos y las libertades, la igualdad y la justicia social. Ahora necesitará una coalición para gobernar, y las posibilidades de algún tipo de acuerdo aumentaron el domingo por la noche.
Las empresas de sondeos ganaron el domingo: al final, su versión de lo que sucedía antes y durante la campaña fue en general la correcta. Los partidos terminaron en el mismo orden que habían pronosticado durante las semanas previas. Los medios y las redes sociales exageraron las expectativas de Vox.
Vox también ganó, sin embargo, al menos en comparación con su punto de partida en 2016, que era cero escaños. El partido de Santiago Abascal obtuvo 2,7 millones de votos en la derecha, el 10,3% del total y 24 escaños. Eso, en la política española, es un comienzo más que respetable. Ahora España tiene su partido de "extrema derecha" o "nacional populista" o "ultraconservador" en el Congreso, según la etiqueta que prefiera.
Abascal dijo que "la resistencia" ya había llegado al Congreso: "Unida, España jamás será vencida".
Ciudadanos ganó 2.7 puntos más, añadiendo 25 diputados a su total, casi duplicando el de 2016 (32) a 57. Albert Rivera casi llegó al Partido Popular (PP ) en votos: ambos partidos superaron la cuota de los cuatro millones de papeletas, y al Sr. Rivera le separan sólo 220,000 votos del Sr. Casado, que tuvo una noche desastrosa.
Rivera dijo que Ciudadanos "tiene futuro. Algún día habrá un gobierno que no mire a izquierda ni a derecha, sino al futuro".
El futuro de PP era incierto el domingo por la noche: el partido perdió más de la mitad de sus 137 diputados de 2016, cayendo 71 hasta los 66 escaños esta vez. 3,6 millones de votantes abandonaron al partido que hasta el pasado mayo gobernaba España, durante el mandato de Mariano Rajoy.
Tras su pérdida histórica, el Sr. Casado dijo que, al menos por ahora, el PP lideraría la oposición de manera "responsable", antes de decidir qué hacer.
Podemos (o el grupo de partidos que normalmente se denomina Podemos) también tuvo una noche desastrosa: perdió 28 diputados, seis puntos y 1,2 millones de votos. Pablo Iglesias dijo que "nos hubiera gustado un resultado mejor, pero es suficiente para cumplir nuestros dos objetivos: frenar a la derecha y a la extrema derecha, y construir un Gobierno de coalición de izquierdas".
Los nacionalistas y regionalistas como bloque—y concretamente Esquerra en Cataluña—tuvieron una muy buena noche, aumentando en 12 escaños, desde los 25 de 2016 hasta los 37 del 28-A. Esquerra sumó seis diputados más para llegar a 15 en total, y superó el millón de votos. El partido del Sr. Puigdemont, Junts per Catalunya, mejoró ligeramente en votos, hasta los 494,000, pero se dejó un escaño en el recuento, bajando a siete.
En el País Vasco, ambas versiones del nacionalismo vasco subieron: el PNV y EH Bildu obtuvieron mejores resultados que hace tres años, de cinco a seis escaños y de dos a cuatro, respectivamente. Entre los dos, otros 176.000 votos más.
En estas elecciones generales, Coalición Canaria añadió otro, Navarra Suma sumó dos y el Partido Regionalista de Cantabria sacó otro.
En total, 2,5 millones de españoles votaron por algún tipo de partido regionalista o nacionalista, 797,000 más que en 2016, sin incluir los elementos autonómicos de lo que se llama Podemos.
Y ojo al Senado, dada la importancia del tema separatista: cambió de manos, del Partido Popular al PSOE. Las posibilidades de otra aplicación del Artículo 155 en Cataluña prácticamente desaparecieron anoche.
Cinco elegidos el domingo, como diputados o senadores por Esquerra y Junts per Catalunya, están actualmente en prisión preventiva y siendo juzgados en el Tribunal Supremo: Oriol Junqueras (diputado, Barcelona), Jordi Sánchez (diputado, Barcelona), Jordi Turull (diputado, Lérida), Josep Rull (diputado, Tarragona) y Rául Romeva (senador, Barcelona).
Lo cual nos lleva a la cuestión de las coaliciones, un problema más fácil de resolver con estos resultados que con otros.
No hay opción para que una coalición a tres en la derecha (PP, Ciudadanos y Vox). Solo suman 147 escaños, faltan casi 30. Una coalición de izquierdas entre el PSOE y Podemos tampoco funciona, con 166 escaños, a falta de diez.
Significa que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias necesitarán algún tipo de apoyo de algunos de los nacionalistas o regionalistas. ¿Esquerra y los separatistas o los vascos? ¿Los separatistas pedirían a cambio algo realista o seguirán con exigencias inconstitucionales sobre la independencia o que el gobierno español destroce la separación de poderes para liberar a los acusados en el Tribunal Supremo?
La derecha, ahora impotente, dividida en tres y con un nuevo compañero nacional populista, se cabreará enorme y obviamente por cualquier pacto de ese estilo.
Así que la otra opción que habrá sobre la mesa será un pacto de centro izquierda entre el PSOE y Ciudadanos, que sumaría 180 diputados en el Congreso, una mayoría absoluta de cinco.
El Sr. Sánchez y el Sr. Rivera rechistarán y se pelearán y gritarán a los cuatro vientos que no puede ser, que es imposible que hagan tal cosa después de todo lo que se han dicho durante la campaña, pero Bruselas y los mercados lo verían bien, es una opción realista y ofrecería más estabilidad durante los próximos cuatro años que un gobierno Frankenstein reforzado, de izquierdas y nacionalistas.
Los líderes políticos no solo tendrán en mente las victorias y derrotas del 28-A sino también estarán atentos a las elecciones locales, regionales y europeas que tendrán lugar el 26 de mayo. Aún nos queda campaña este año.