El Partido Comunista de España celebraba esta mañana un nuevo sello. El nuevo sello celebraba el 100º aniversario del Partido Comunista de España. Hace tres días, el Alcalde de Madrid, Almeida (PP), inauguró una nueva estatua a la Legión Española y dedicó unas palabras amables a su general fundador, Millán Astray. También acudió la Vicealcaldesa, Villacís (Ciudadnos).
La Legión Española, a diferencia del Ejército o la Armada, no tuvo un papel neutral en la Guerra Civil ni acabó luchando en ambos bandos: estuvo del lado de Franco y en el camino sucedieron asuntos feos. Al Partido Comunista de España no le gusta hablar de lo ocurrido en la matanza de Paracuellos, ni del papel que despemeñaba en todo aquello su antiguo líder Santiago Carrillo.
No hay que preocuparse, ni Correos ni el Alcalde de Madrid mencionaron nada de eso. Sólo conmemoraron cada institución. Puntos para ambos lados.
La historia selectiva de cada bando y la creación de nuevos objetos culturales y mediáticos irritan al otro en el Siglo XXI, 30 años después de que en España la mayoría de la gente se había olvidado casi por completo de la Guerra Civil, porque tanto el sello como la estatua se convierten en objetos mediáticos, con significado para las tribus y la política de hoy en cuanto las imágenes y las palabras se publiquen en Twitter, haciendo vibrar a los iPhones en medio país con notificaciones a los cinco segundos, generando una indignación tribal instantánea y emocionante.
La izquierda se indignó el otro día por la estatua, la derecha está indignada hoy por el sello. Si bien el alcalde Almeida pronunció un discurso sobre la estatua, al cierre de esta edición, ni la Vicepresidenta, Yolanda Díaz, miembro del Partido Comunista, ni el Ministro de Consumo, Alberto Garzón, que escribió un libro titulado Por Qué Soy Comunista, habían mencionado por ahora su nuevo sello ideológico multicolor.
Si buscas bien en Internet, verás que hay un Día Europeo de Conmemoración de las Víctimas del Estalinismo y del Nazismo, que aparentemente se celebra cada 23 de agosto. La idea es condenar ambas ideologías y regímenes totalitarios.
El documento original de 2009 afirma: “Europa no estará unida a menos que no sea capaz de formar una visión común de su historia, reconocer el nazismo, el estalinismo y los regímenes fascistas y comunistas como un legado común y provocar un debate honesto y exhaustivo sobre sus crímenes en el siglo pasado”.
Tanto Twitter como el iPhone estaban en su infancia en abril de 2009. La crisis financiera que nos daría una década de política populista polarizada transmitida en directo en todo Occidente acababa de ocurrir.
Además de dos ministros comunistas en el actual gobierno de coalición español, hay varios diputados comunistas en el Congreso, además de Podemos. Pablo Iglesias decía el otro día: “los únicos que cuando las cosas se ponen difíciles de verdad defienden la democracia liberal y el Estado de derecho son los comunistas”.
La agrupación comunista en el Parlamento Europeo se llama La Izquierda en el Parlamento Europeo (Podemos, Izquierda Unida, Bildu, France Insoumise, el Partido Comunista Portugués, el Partido Comunista de Bohemia y Moravia, etc.). No hay parlamentarios nazis. “¡Obviamente!”, me dirás.
¿Por qué el rechazo de una ideología es tan obvio en la política europea moderna pero el rechazo de la otra no tanto? Ambas tenían regímenes totalitarios responsables de la matanza de varios millones de personas durante el Siglo XX. Esos regímenes fueron finalmente derrotados.
¿Por qué todavía tenemos parlamentarios comunistas cuando todos los nazis se fueron hace tiempo? ¿Cuál es la diferencia fundamental en sus ideas e historia? ¿Por qué el rechazo al comunismo no es tan obvio? ¿Por qué, de hecho, todavía algunos le dan la bienvenida? Quizás hay que ir a las raíces.
¿Será que el núcleo de la ideología fascista es el odio xenófobo matón y el rechazo frontal a los demás solo porque son otros, mientras que si nos remontamos al inicio de la ideología comunista, a Marx, antes de los experimentos totalitarios en la Rusia soviética con Lenin y Stalin, ¿todavía encontramos en el fondo una teoría sobre la lucha de clases y la injusticia económica estructural impuesta a los trabajadores?
¿Y por eso algunas personas de izquierdas creen que todavía podría haber algo en eso, dada toda la injusticia económica y los desequilibrios estructurales del siglo XXI, y a pesar de los problemas que el comunismo ha tenido con la realidad económica en el camino?
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