La confrontación polarizada, al rojo vivo cuatro días después del anuncio de elecciones
The Guardian y Wall Street Journal opinan sobre las elecciones del 23-J.
Sigue la matanza en la política española, menos de una semana después de que Pedro Sánchez anunciara elecciones generales anticipadas que sorprendieron a todos y que durarán dos largos meses. Los partidos más débiles están siendo aplastadas por el repentino e inesperado cambio de impulso. Alberto Garzón (Izquierda Unida) está fuera. Inés Arrimadas (Ciudadanos) está fuera.
La polarización partidista, como decíamos, ya está al rojo vivo. Ayer, el Presidente del Gobierno, o quien controle realmente su cuenta de Twitter, escribió que “todo retroceso es posible” si el PP y Vox llegan al poder, “hasta la explotación laboral infantil”. El Presidente del Gobierno escribiendo que la oposición está a favor de la esclavitud infantil.
El Partido Popular contraatacó con...abuso infantil y violación. “Sánchez, el que no abrió la boca para defender a las menores explotadas estando bajo la tutela de gobiernos socialistas”, dijo la portavoz, Cuca Gamarra: “Sánchez, el que aprobó la ley del sólo sí es sí”. [la desastrosa reforma del Código Penal que ha permitido que muchos violadores salgan de la cárcel antes de tiempo]. “A este paso”, agregó, “Podemos se le va a quedar a la derecha”.
El Parlamento Europeo aprobó ayer legislación sobre diligencia debida para la sostenibilidad corporativa "para anclar los derechos humanos y las consideraciones medioambientales en las operaciones y el gobierno corporativo de las empresas". El portavoz de Vox en el Parlamento Europeo, Buxadé, dijo que “quieren convertir a las empresas en agentes activos de la Agenda 2030, el Evangelio de las élites”.
Presenciamos, pues, una mezcla retórica de los asuntos personales más sucios y repugnantes con unas ideologías políticas mundiales extremadamente polarizadas. Un odio hacia Sánchez y la izquierda versus el miedo a un gobierno de populares con la extremea derecha. ¿Qué puede salir mal?
Vox también es noticia hoy por una publicación escandalosamente soez en las redes sociales de una delegación local en Cieza (Murcia), en respuesta a la idea de que “España huele un poco más a fascismo” después de las elecciones del domingo.
España, replicó el grupo en su página de Facebook, huele un poco menos a una larga lista de cosas de izquierdas, incluyendo “sobaco socialista”, “potorro podemita”, “adoctrinamiento en las aulas”, “aborto anticonceptivo”, “lubricante subvencionado”, “quereseno de Falcon”, “cocaína y puticlub de carretera”, “frente popular”, “sangre de pandemia”, “guerra civil”, “a MENA, okupa, delincuencia, invasión ilegal, chilaba, Hiyab”
“Queda mucho por hacer en contra de rojos, morados y azules”, concluyeron. El grupo local del PSOE ha presentado una denuncia por el mensaje: “esto es inadmisible y no es la Cieza que queremos”, dijo un concejal socialista a La Opinión de Murcia.
“La mejor España o la peor derecha con Vox-PP”, ha escrito esta mañana el Presidente en su cuenta de Twitter, reivindicando cifras récord de empleo en mayo: 20,8 millones de españoles ocupados en total “por primera vez en la historia”.
Los medios internacionales empiezan a opinar sobre las elecciones en julio.
The Guardian escribió ayer en un editorial que “las elecciones este verano en España tienen ramificaciones importantes para Europa en su conjunto. Una abrumadora mayoría de españoles no desea ver a Vox cerca del poder. Pero las elecciones recientes en Italia, Suecia y Finlandia indican que los nacionalistas autoritarios, que pretenden fomentar el sentimiento antiinmigrante, librar guerras culturales y hacer retroceder los derechos de las mujeres y las minorías, se están convirtiendo en una característica, que no problema técnico, en la política de Europa occidental”.
El Wall Street Journal cree que “los resultados del domingo también reflejan una fuerte reacción contra la política cultural woke del gobierno de Sánchez” y que los derechos de propiedad están en riesgo después de que “intentara limitar el aumento de alquileres adoptando una actitud permisiva hacia los okupas e impagadores”. “Si la votación del fin de semana pasado indica algo”, concluye el WSJ, “es que los votantes están más preocupados por el extremismo de la izquierda española en el poder, y con razón”.
Gracias por leer. Suscríbete ahora:
🔥 Entender mejor los temas que están cambiando España
📝 Todos los artículos
💪 Garantizar la independencia de este análisis y comentario