Las encuestas y el primer debate no auguran unidad
(04/11/2019) La clase política parece ser consciente, sin embargo, de que se avecina una nueva crisis económica mundial.
(Original publicado: 04/11/2019)
Los españoles votan de nuevo este domingo en las segundas elecciones generales del 2019. El promedio móvil de 10 encuestas muestra que el PSOE, Ciudadanos y Podemos caen en comparación con el 28-A o principios de septiembre. El Partido Popular (PP) y Vox suben. Si las encuestas son correctas, Vox sigue subiendo y se desplaza del quinto al tercer puesto y Ciudadanos sigue cayendo en sentido contrario, del tercero al quinto. Después de pasarse cinco meses negándose a llegar a ningún tipo de acuerdo de centro-izquierda con Sánchez, contribuyendo así a la convocatoria de estas segundas elecciones generales, Inés Arrimadas (Ciudadanos) declaró durante en el primer debate electoral en TVE el viernes por la noche que "Sánchez es bloqueo […] nosotros sabemos llegar a acuerdos".
Si miramos la encuesta del CIS, los diez principales problemas de los españoles se pueden resumir en: empleo y economía, políticos y corrupción, sanidad y educación, inmigración y Cataluña. Los portavoces de siete partidos en el Congreso que participaron en el primer debate el viernes no querían hablar de corrupción, sanidad, educación o inmigración, como tampoco lo harán los líderes de los cinco principales partidos nacionales (PSOE, PP, Podemos, Ciudadanos y Vox) esta noche en el segundo debate en TVE. Sencillamente los temas no están en la lista, aunque Vox ha protestado, en vano, por no incluir la inmigración (no se han quejado por no incluir la sanidad o la educación). Debates más suaves es imposible; el "periodista" de TVE el viernes por la noche limitó sus intervenciones a recordar a los políticos que se habían pasado unos segundos en sus comentarios. Los políticos hacían preguntas a los políticos.
Viendo el debate, fue difícil ver cómo van a poder ponerse de acuerdo en la próxima legislatura, con un Congreso más dividido que nunca, para aprobar un presupuesto, solucionar el problema separatista en Cataluña o hacer cualquier cosa remotamente relacionada con una hipotética reforma de la Constitución. La clase política de España parece ser consciente de que otra crisis económica mundial está a punto de llegar, lo cual es mejor que no ser conscientes de ese escenario, pero nada sugirió que van a poder ponerse de acuerdo sobre ningún tipo de preparación nacional al respecto.
La derecha prometió reducir impuestos y argumentó que el PSOE le va mal a los agricultores españoles, mientras que Podemos y Esquerra defendían distintas variedades de redistribución de la riqueza y el aumento de los impuestos a los ricos. La Sra. Montero, para Podemos, sugirió que se podrían crear 500.000 empleos con un ejército de albañiles reformando viviendas para reducir la factura de la luz. El Sr. Rufián (Esquerra), tras ser condenado el líder de su partido, Oriol Junqueras, por malversación en el Tribunal Supremo, argumentó que "lo que va muy bien a un país es no robar, va fenomenal".
La mayor parte del resto del discurso consistía en listas de ocurrencias ideológicas de los programas electorales relacionadas con cada tema, intercaladas con burlas ideológicas sarcásticas sobre las demás. Las señoras chocaron por el feminismo: "el mujerismo no es el feminismo", sugirió la portavoz del PSOE, la Sra. Lastra; y hubo un choque notable entre el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Vox sobre el fundador "racista, homófobo, machista" del Partido Nacionalista Vasco, Sabino Arana. El Sr. Esteban (PNV) contestó varias veces que Vox era "franquista" y se negó incluso a aceptarle la mano al Sr. Espinosa de los Monteros después de los comentarios sobre Arana, lo cual marca un nuevo mínimo para la educación en la política española, que lleva varios años cuesta abajo.
Sobre Cataluña, tampoco parecía haber consenso. "Un golpe de Estado continuo", dijo Vox, argumentando a favor de mano dura y la declaración de un estado de excepción en la comunidad autónoma. "¿Qué es España para el presidente?", se preguntaba Ciudadanos: "El PSOE ayuda a Puigdemont a espiar a nuestros hijos". El PSOE defiende las "nacionalidades, diversidad y pluralidad" de España, contestó la Sra. Lastra. "La plurinacionalidad es humo y más fuego", dijo la Sra. Álvarez de Toledo para el PP, en referencia a los recientes disturbios en Barcelona: "el independentismo debe perder toda esperanza". "Habéis fracasado", le escupió al señor Rufián (Esquerra). Éste dijo que quería más conversación y diálogo, enmarcó a los condenados encarcelados como "presos políticos" y sugirió que la derecha en el resto de España lo preferiría si "más de dos millones de personas en Cataluña dejen de existir ". El Sr. Esteban (PNV) advirtió que "lo que no vamos a tolerar en el próximo Congreso es que competencias que son de las comunidades autónomas se regulen desde las Cortes".
España y su clase política están ahora divididas en al menos seis trozos (siete, ocho o más si incluimos a todos los nacionalistas regionales). Ningún partido se acerca de la mayoría y las encuestas sugieren que una coalición a tres bandas, bien de izquierdas o bien de derechas, tampoco será suficiente para llegar a los 176 escaños necesarios en el Congreso (de un total de 350). El segundo debate con los líderes de los partidos comienza a las 22:00 horas el lunes.