¿Qué narrativa vende cada partido para las elecciones generales de 2019?
(14/04/2019) ¿Alguno de los líderes tiene la llave para solucionar los problemas de los españoles o nos encaminamos hacia la paralización política como en 2016?
(Original publicado: 14/04/2019, 11:50)
Pablo Iglesias: "retomar el control de nuestros recursos públicos"
Pedro Sánchez: "blindar las pensiones públicas" en la Constitución
Albert Rivera: "no quiero ser un político de malas noticias"
Pablo Casado: "acabemos con este invierno demográfico"
Santiago Abascal: "no hay cordón sanitario para tantos españoles"
Cada partido ha elegido un entorno y unos mensajes diferentes para el arranque esta campaña electoral, desde el mitin de calle en un barrio cualquiera de Las Palmas de Pablo Iglesias hasta los entornos interiores más tradicionales y controlados de Pablo Casado en Álava o Pedro Sánchez en Castellón, pasando por el emocionado público que asiste al mitin de Santiago Abascal en Oviedo o la puesta en escena playera de Albert Rivera en Málaga.
¿De qué hablaron los distintos líderes? ¿Qué ideas y narrativas quieren vender a los votantes antes del 28 de abril? ¿Alguno de los cinco tiene la llave para solucionar los problemas de los españoles? Aquí un análisis detallado de los cinco discursos de arranque.
PODEMOS, PABLO IGLESIAS
En Las Palmas (Gran Canaria), Pablo Iglesias ha propuesto, en su conocido tono mitinero enrabiado, la nacionalización del sector energético y/o la creación de una energética pública—según se interpreten sus palabras—y ha cargado contra las élites y los ricos quienes, en la versión del líder de Podemos, se saltan los artículos de la Constitución que protegen "a la gente".
Una energética aplicación del Artículo 128—previo alzamiento de los de Podemos al Gobierno ("si somos gobierno, hay un artículo que se va a poner de moda")—llevaría a "bajar la factura de la luz", "hacer la transición energética" e incluso "crear empleo de calidad". "Hasta que Unidos Podemos no esté en el Gobierno, no va a haber un sistema racional de sanciones".
El primero punto de ese artículo dice que "toda la riqueza del país" está "subordinada al interés general" y el segundo que se puede reservar al sector público los recursos esenciales, "especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exige el interés general".
Iglesias ha trazado una línea directa entre la privatización del PSOE y el PP en décadas anteriores, el control actual por parte de accionistas extranjeros, la subida de la factura de la luz y la compra directa de diputados. Ha citado una lista de dos docenas de nombres desde el escenario, desde José María Aznar hasta Josep Borrell, pasando por Felipe González y Javier Solana.
Tal vez la desesperación de las pésimas y cada vez peores encuestas—van cuartos en todas, con opción para ocupar la quinta plaza—le han llevado al líder de Podemos a mezclar todo en un gran complot contra "la gente", sugiriendo una colusión entre las energéticas compra-políticos, los fondos buitres y las élites mediáticas.
Eso sí que son "traiciones a la patria" y "traicionar a España", ha gritado. Él quiere ver "patriotismo de hospitales, patriotismo de escuelas públicas" y "patriotismo de leyes de dependencia que se cumplen". Ha contrapuesto al oligopolio energético con la pobreza o exclusión energética que sufren los ciudadanos: "¿cómo es posible que haya subido tanto la factura de la luz?".
El Sr. Iglesias quiere "retomar el control, retomar el control de nuestro país, retomar el control de nuestra patria, retomar el control de nuestros recursos públicos". Tras el desplome de su partido político, propone ahora lanzarse al mundo de los negocios y "crear una gran empresa pública", una "red pública de energía" para competir "de verdad" con dicho oligopolio.
El 28 de abril serán "unas elecciones constituyentes, no son simplemente unas elecciones generales".
PSOE, PEDRO SÁNCHEZ
España se enfrenta a tres desafíos principales, ha dicho Pedro Sánchez en Castellón: la desigualdad, la corrupción y la confrontación territorial. El PSOE, con 140 años de historia, tiene la solución para "avanzar": la justicia social, la convivencia y la "limpieza en el ejercicio de la acción pública".
El Presidente ha vendido los 10 cortos meses de su Gobierno como un avance limitado: "si esto lo hemos logrado con 85 diputados, ¿os imagináis lo que podemos lograr con una amplia mayoría?".
Se le ha dado por describir "la buena gente" de España: en vez de robar, insultar o espiar, quiere pensar en el futuro de sus hijos, trabajar con un sueldo digno y jubilarse con una pensión también digna.
Frente a dicha buena gente, ha dibujado "los temores" al tripartito de derechas, "si suman van a tratar de formar un gobierno, conservador, ultraconservador con el apoyo de la ultraderecha". Rajoy no asumió sus responsabilidades políticas y Ciudadanos no echó a Rajoy, y el Sr. Rivera tampoco sabe lo que quiere ser, "tienen un armario enorme, tan grande como las chaquetas que ha ido cambiando estos últimos años".
Ha dicho que Pablo Casado tiene "caradura" por hablar de rebajar el salario mínimo cuando es el líder "del partido de los sobresueldos y los sueldos en 'B'", y que Daniel Lacalle, "el proto-ministro de Economía", se ha liado con el debate sobre las pensiones.
El PSOE quiere reformar la Constitución "para blindar las pensiones públicas".
Ha negado que pactara con los separatistas en la legislatura saliente, y ha desviado la crisis territorial hacia la despoblación. "La Constitución no es patrimonio de nadie, es patrimonio de todos los españoles". Su "no es no" con Rajoy, ha asegurado, ahora se traduce en un "no" tajante a un referéndum en Cataluña. Quiere "convivencia, no confrontación" y que el Sr. Torra y demás les cuenten a sus votantes que les han engañado con el cuento de la república.
No ha dudado en hablar del derecho a "un buen morir", "obstaculizado" por el PP y Ciudadanos. "Hoy la eutanasia no [es] un derecho reconocido en nuestro sistema de salud pública […] pero lo vamos a hacer".
Los jóvenes, las mujeres "libres, seguras y vivas", la igualdad, una jubilación digna y "vejez activa" y la sanidad universal han entrado en la letanía de deseos socialistas, y ha vuelto a sacar la cifra de 2,3 millones de niños en España que "sufren pobreza infantil, parece mentira pero es verdad".
"Futuro, futuro, avanzar, eso es lo que queremos para nuestro país…vamos a demostrar que España es amiga del futuro"
CIUDADANOS, ALBERT RIVERA
En Málaga, "la tierra de mi madre" y abuelos—un pueblo de "400 habitantes", miren, ¡despoblación!—Albert Rivera se ha apuntado victorias en Cataluña y Andalucía el 2 y el 21 de diciembre de años anteriores, "las grandes noches históricas de la democracia española". En tan sólo 70 días, los consejeros de Ciudadanos han hecho más "que el Partido Socialista en 37 años gobernando".
No ha mencionado las raíces catalanas del partido en el centro izquierda "somos el partido liberal, el partido de centro" y ha invitado a los extranjeros a invertir, instalarse y crear sus familias aquí, "este un país maravilloso", "pueden confiar en España, que es un país serio".
Pero primero ve necesario echar a "Sánchez e Iglesias y Torra y Rufián" porque el PSOE se ha "podemizado". El Sr. Rivera no quiere oír nada de malas noticias: "no quiero ser un político de malas noticias, quiero ser un político de buenas noticias".
Sí quiere ser Presidente del Gobierno, y ha prometido que lo será "de todos los españoles" y que "voy a respetar lo que diga el Tribunal Supremo" sobre el juicio de los separatistas: "si nos está viendo el Sr. Puigdemont desde Waterloo, o el Sr. Torra, recen para que siga Sánchez". Ha asegurado que el Sr. Sánchez ya les ha prometido el indulto que "la pregunta del millón" es si está con el Estado de derecho o "el pasteleo con los que han dado un golpe de Estado".
Sin muchas ganas, ha dicho que Ciudadanos volvería a suspender la autonomía en Cataluña "si hace falta", pero que preferiría derrotar al independentismo "sociológicamente, políticamente, intelectualmente". Quieren "un plan para recuperar la unión de los españoles".
El 28 de abril, según el líder de Ciudadanos, se juega "un país unido o un país dividido", España o Sánchez, y "el país del privilegio o de la igualdad". Ha hablado de las familias, la natalidad, las pensiones, los funcionarios, la enseñanza y la igualdad de derechos en todo el país. Quiere ver, en sintonía con el cartel de campaña que le coloca en la próxima entrega de Misión Imposible, "la España que no deja a nadie atrás".
No sólo "el Estado autonómico también ha fragmentado derechos" y los españoles están desunidos, sino sus hijos tampoco saben lo que es una democracia. El líder de Ciudadanos propone rectificar tal carencia con una nueva asignatura troncal: Constitución.
El PP está "contando escaños" en vez de centrarse en "echar a Sánchez", y "me preocupa que Casado haya tirado la toalla".
PARTIDO POPULAR, PABLO CASADO
En Álava, Pablo Casado ha alabado al PP, a Javier Maroto, a las víctimas del terrorismo y a la Transición, "el gran abrazo que nos dimos todos […] no queremos perder ese legado", y ha arremetido contra Pedro Sánchez y el PSOE, con especial mención a la amenaza que representa Bildu y la "arrogancia de Otegui", que quieren "seguir humillando al Gobierno de España porque necesitan nuestros votos".
Ha sugerido que Cataluña se encamina a lo que era el País Vasco cuando ETA, gracias a "batasunos, independentistas y comunistas" pero sobre todo porque Pedro Sánchez "no va a renunciar a los votos de los separatistas de Cataluña […] y es una pena porque creo que están cometiendo los mismos errores que vimos aquí hace unas décadas […] la confrontación, la kale borroka".
Ni el Sr. Puigdemont va a mandar "desde Waterloo" ni el Sr. Junqueras "desde la cárcel de Lledoners", ha asegurado el Sr. Casado, porque "claramente nosotros vamos a defender la unidad nacional".
El lema de campaña es "valor seguro" y ha hablado de "seguridad, libertad y prosperidad" y de la equiparación salarial para los policías—viva la Guardia Civil frente a los "bildutarras"—"para salvar a España, hay que echar a Sánchez".
A nivel económico, quiere una ley anti-okupas y una reforma del Código Penal, para poder echarles en 24 horas y castigarles de algún modo adecuado, suprimir los impuestos de sucesiones, donaciones, patrimonio y actos jurídicos documentados, y bajar el IRPF y Sociedades, a menos del 40% o del 20% respectivamente.
Quiere ampliar la tarifa reducida para autónomos a tres años para todo tipo de grupos: los menores de 30 años, los discapacitados, las mujeres víctimas de violencia de género, los que viven en pueblos pequeños, los parados de larga duración y los mayores de 52 años.
Añadiendo eso a las distintas rebajas fiscales, no ha explicado cómo enlaza la caída de ingresos con el plan para revalorizar las pensiones y ofrecer a las mujeres trabajadoras madres de hijos incrementos muy importantes en su jubilación: hasta el 15% más para las que hayan parido a más de tres retoños: "acabemos con este invierno demográfico".
El PP quiere una inmigración "regular, legal, ordenada y vinculada a un mercado de trabajo".
Frente a la tesis del Sr. Rivera de que ha tirado la toalla, Pablo Casado ha insistido que "no salimos a empatar, salimos a ganar y a gobernar", y tampoco se trata del PP como voto útil sino que "la apelación es al voto imprescindible […] al voto patriótico".
VOX, SANTIAGO ABASCAL
"Asturias es España, y lo demás tierra conquistada", ha arrancado Santiago Abascal en Oviedo, a grandes aplausos del público: "Yo soy vasco, y por eso doblemente español". Más aplausos.
Propone "hablar de España con amor" y recuperar "la autoestima nacional", "por eso elegimos el simbolismo de Covadonga para empezar nuestra campaña". No siente vergüenza de ser español, de que España tenga una historia o de sus símbolos nacionales.
"Eso con Vox se ha acabado, con la España viva".
Vox no es más que la herramienta electoral de los votantes que aman a su país, y "hay que reconquistar para España su unidad nacional" tras tanto tiempo "a merced de los separatistas" y frente a "comunistas, progres [e] islamistas" que lanzan alertas anti-fascistas: "no hay cordón sanitario para tantos españoles".
Su partido, ha dicho, "defiende cosas normales", como "el amor, el sentido común, decir la verdad" o…Caperucita Roja, que le ha servido de muleta retórica: "lo que no es de sentido común es odiar a tu país". Tampoco es de sentido común—aviso a Bruselas—los "Estados Unidos de Europa".
"El patriotismo sirve para negociar a nivel internacional […] las fábricas, la industria, la agricultura."
Ha descrito a Cataluña como "una esquina de nuestra patria" y ha arremetido contra el caro sistema de comunidades autónomas: "esos 17 parlamentos se dedican a hacernos desiguales". Más aplausos; "los impuestos no pueden estar destinados a pagar 17 parlamentos".
"El virus del particularismo es muy peligroso."
Vox quiere fronteras "para defendernos" y una inmigración regulada, pero si puede ser de "los países hermanos hispanoamericanos" porque "comparten con nosotros la mayor parte de las cosas", no como "aquellos que vienen de otros países".
"Lo que no es de sentido común es prohibir El Quijote por islamófobo"
Sobre la tesis del voto útil en las circunscripciones interiores, el Sr. Abascal ha dicho que "igual el voto útil no es de ellos…el PP no se atreve a decir nada sobre las autonomías".
"El PSOE es el problema de España y Vox es la solución", ha añadido, concluyendo, y se ha referido al comentario de Pedro Sánchez sobre "la buena gente": "la buena gente no pacta con los asesinos de sus compañeros".
A diferencia de los socialistas, no quiere teñir el país de rojo o verde (el color de Vox): "nosotros queremos que España sea rojigualda y que sea de todos los españoles".
"¡Viva España!"